Higiene Personal
Es imprescindible antes de tocar o comer cualquier alimento lavarse las manos con agua y jabón. De esta forma se evitará ingerir los microbios y la suciedad de las manos que, aunque a veces no se vea, está presente y si ingresa al organismo puede producir trastornos digestivos.
Nuestros Sentidos
Nuestros sentidos pueden ayudar a detectar si un alimento está en condiciones aptas para el consumo:
ë Vista: al observar un alimento por su color, forma e integridad se puede ver si se encuentra o no en buen estado. Por ejemplo: un trozo de queso, observar que no presente hongos blancos o verdes.
ë Tacto: al tocar las frutas y verduras se puede predecir su estado de maduración. Por ejemplo: al apretar un tomate si está blando estará maduro, apto para comer.
ë Olfato: al oler un alimento se puede sentir si su aroma es suave o fuerte y conocer si se encuentra en condiciones. Ante una alteración en el mismo, por ejemplo: olor muy fuerte en carnes o pescados, se debe evitar ingerirlo.
ë Gusto: Cada alimento posee un sabor particular, por ejemplo el dulce del azúcar, ácido de un limón, etc.; pero qué ocurre si al comer una manzana tiene sabor amargo o la leche sabor ácido? Esto no debe ocurrir si el alimento se encuentra en buen estado, por ello ante la menor duda se debe evitar consumirlo.
Todos los sentidos se pueden combinar y así tener una idea más precisa del estado del alimento a ingerir. Otro dato a tener en cuenta es controlar las fechas de vencimiento en los envases.
Relación temperatura-tiempo
Las temperaturas entre 10 y 65° C favorecen la multiplicación de los microorganismos con mayor rapidez. Los alimentos deben mantenerse lo menos posible dentro de ese rango de temperatura (dentro del cual se incluye la temperatura ambiente).
Los que no vayan a consumirse enseguida deberán almacenarse correctamente en la heladera para descender rápidamente la temperatura, e impedir la proliferación bacteriana. Entre los 5 y 10°C las bacterias crecen muy lentamente y a valores menores o de congelación las bacterias prácticamente no se reproducen, están adormecidas. En el punto de ebullición (100°C), se destruyen la mayoría de las bacterias.
Es importante que al cocinar los alimentos lleguen a muy altas temperaturas. Se debe observar que el centro de los mismos esté bien cocido, por ejemplo, verificar que la carne en el centro no esté roja.
La pasteurización de la leche (calentamiento por encima de los 65°C) destruye las bacterias patógenas. Al ingerirla en estas condiciones se evitan enfermedades.
Al comprar alimentos refrigerados o congelados, deberá procurarse que sean guardados enseguida en la heladera, para evitar romper la cadena de frío y que se desarrollen las bacterias. En épocas calurosas o cuando el tiempo de transporte sea prolongado se recomienda utilizar bolsas térmicas.
Utilizar agua potable
El agua pura es tan importante para preparar los alimentos como para beber. Si el agua de consumo no es potable o corriente, conviene hervirla antes de añadirla a los alimentos o de transformarla en hielo para refrescar las bebidas. Importa sobre todo tener cuidado con el agua utilizada para preparar la comida de los lactantes y niños.
Los alimentos crudos se encuentran contaminados por bacterias: al cocinarlos a altas temperaturas éstas mueren. La contaminación cruzada ocurre cuando se mezclan los utensilios con los que se manipulan los alimentos crudos y cocidos, o cuando estos toman contacto entre sí. De este modo bacterias del alimento crudo pasan al alimento cuyas bacterias murieron en el proceso de cocción. Esto ocurre frecuentemente con la carne y los huevos. Si se utiliza una tabla o plato para cortar carne cruda, el mismo debe cambiarse por uno limpio, para evitar la contaminación al servir la carne cocida. Tampoco se deben cortar verduras para ensaladas donde se cortó carne cruda porque esta última contaminaría a las verduras. Las frutas y verduras deben lavarse bien con abundante agua para eliminar toda la suciedad superficial y con ella las bacterias.
Contaminación Física
Se produce cuando cae algún elemento u objeto en el alimento durante su preparación y se corre el riesgo de ingerirlo (ejemplo: anillos, cadenas, etc.). Se recomienda quitarse estos elementos al cocinar y verificar que no haya caído nada dentro de los alimentos al prepararlos.
Contaminación Química
Ocurre cuando el alimento entra en contacto con una sustancia tóxica. No deben usarse envases de productos de limpieza para guardar alimentos, ya que pueden quedar restos del producto. Deben observarse bien las latas de alimentos en conserva ya que si estas se encuentran oxidadas transmiten esta sustancia tóxica a los mismos. Tampoco se deben guardar alimentos en latas abiertas, ya que en contacto con el aire se oxidarán más rápidamente.
Contaminación Biológica
Es producida por microorganismos como virus, bacterias, parásitos y hongos que se encuentran en los alimentos, en el aire o son transmitidos por animales e insectos como moscas o cucarachas. La mejor forma de evitar consumirlos es mediante una buena cocción, ya que como vimos la mayoría de los gérmenes mueren a altas temperaturas.
Para evitar la contaminación por insectos se recomienda tapar y guardar los alimentos, no dejarlos expuestos. Es fundamental la higiene de manos luego de ir al baño y antes de manipular o ingerir alimentos, ya que las manos pueden ser vehículo de gérmenes presentes en la materia fecal.
Lic. Romina M. Gamboa
Nutricionista – M.P. Nº 2101