La información, tomar medidas de higiene básicas y el cuidado a la hora de manipular o cocinar los alimentos son las mejores herramientas que tenemos para desterrar la Escherichia Coli, bacteria responsable del Síndrome Urémico Hemolítico (SUH).
Es imposible no preocuparse cuando la noticia sobre nuevos casos de SUH hace su aparición en diarios y noticieros. Sin embargo, es importante saber que existen formas básicas de prevención que pueden evitar el contagio de esta enfermedad. Por eso, ante la presencia de cualquier episodio relacionado con este síndrome, lo mejor es no entrar en pánico sino informarse e instrumentar las medidas que nos permitan proteger de manera efectiva a nuestra familia.
¿Qué es y cómo se manifiesta?
El Síndrome Urémico Hemolítico es causado por la Escherichia Coli, bacteria que habita en el intestino de los animales y que, a través de la materia fecal, contamina todo lo que entra en contacto con ella, desde la carne hasta la leche, el agua o los vegetales.
Cuando un niño ingiere un alimento contaminado, la bacteria llega al intestino, donde libera una toxina llamada verocitotoxina. En ese momento se ponen en marcha una serie de reacciones que comienzan a afectar los diferentes órganos del cuerpo. En consecuencia, se destruyen los glóbulos rojos (células de la sangre encargadas de transportar oxígeno a todos los tejidos) y las plaquetas que participan en la coagulación de la sangre, alterando fundamentalmente la función de los riñones. Esto ocasiona distintos niveles de insuficiencia renal, y en alrededor del 30% de los infectados secuelas neurológicas.
Los síntomas más comunes son: diarrea acompañada ocasionalmente con sangre, palidez intensa, dolor abdominal, vómitos y poca cantidad de orina. Ante la presencia de uno o varios de estos síntomas, se recomienda consultar rápidamente al médico, quien instrumentará las medidas de sostén necesarias para paliar las consecuencias del síndrome, si éste es efectivamente diagnosticado.
¿Cómo podemos contraer la enfermedad?
Aunque en los últimos años se ha detectado la bacteria en adultos asintomáticos, perros y gatos, todavía no hay indicios que permitan afirmar que éstos sean el principal vehículo de transmisión además del ganado bovino (el reservorio más conocido) o los alimentos contaminados. Por tal motivo, las vías de contagio más comunes son el consumo de:
· Carne mal cocida (especialmente la carne picada)
· Frutas y verduras mal lavadas
· Aguas contaminadas
· Cualquier tipo de alimento que fue contaminado indirectamente a través de cuchillos, tablas, mesadas, o manos mal higienizadas.
¿Que podemos hacer para prevenir?
Debido a que, por el momento, no existen vacunas para prevenir el contagio, ni se puede realizar una selección para saber qué animales poseen la bacteria, la única forma de prevenir esta enfermedad consiste en tomar medidas higiénicas básicas e imprescindibles:
û Lavar cuidadosamente las manos con agua y jabón: antes de comer, luego de ir al baño y después de tocar carne cruda. Controlar que los más pequeños también lo hagan.
û Cocinar muy bien las carnes: en primer lugar si es carne que está congelada, descongelarla bien antes de cocinarla. La bacteria se destruye cuando el alimento es cocido a una temperatura mayor a los 70º C. Poner especial atención en las preparaciones que hayan sido elaboradas con carne picada. Controlar que no quede rosada ni jugosa, debe tener un color parejo.
û Evitar el contacto de la carne cruda con otros alimentos: en la heladera guardarla perfectamente tapada para que su jugo no toque otros alimentos listos para el consumo. Las tablas, cuchillos, mesadas y todo lo que tome contacto con la carne cruda deben ser lavados con agua y detergente para no contaminar el resto de los alimentos.
û Evitar el consumo de comidas rápidas en menores de 2 años.
û Lavar rigurosamente las frutas y verduras: en especial aquellas que se consumirán crudas.
û Consumir lácteos y jugos de frutas pasteurizados: leche en polvo o fluida, quesos y derivados, jugos de frutas naturales que hayan sido pasteurizados y bien conservados en frío.
û Conservar los alimentos en la heladera: tanto frescos como cocidos.
û Consumir siempre agua segura: ante la duda, lo mejor será hervirla. También controlar que las piscinas estén debidamente limpias y cloradas.
¿Por qué la carne picada?
Dado que la bacteria se encuentra en la superficie de la carne, es durante el proceso de picado que se disemina hacia el interior. Por eso es importante:
ë Descongelar la carne picada antes de cocinarla.
ë Lavarse las manos antes y después de tocar carne cruda.
ë Cocinar las carnes y hamburguesas hasta el centro, controlando que toda la pieza quede color marrón.
ë Cuidar que el jugo de las preparaciones con carne picada quede totalmente traslúcido.
Cifras a tener en cuenta
Argentina, con 400 casos nuevos al año, es el país que posee mayor incidencia de esta enfermedad en el mundo, siendo los niños entre los 6 meses y los 5 años de edad los más afectados.
Un dato positivo es que en los últimos años la tasa de mortalidad relacionada con este síndrome ha ido decreciendo, y actualmente se ubica entre el 2 y el 4% de los casos.
Lic. Romina M. Gamboa
Nutricionista – M.P. Nº 2101
Postgrado en Salud Social y Comunitaria