Un estudio realizado en España señala la importancia del desayuno para alcanzar un buen rendimiento en la escuela secundaria. | 
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Investigadores del Departamento de Nutrición, Bromatología y Toxicología de la Facultad de Farmacia de la Universidad Alcalá de Henares, realizaron un trabajo para estudiar la relación existente entre la calidad del desayuno y de su omisión sobre el rendimiento académico de un grupo de adolescentes.
El estudio lo hicieron con una población de casi 500 adolescentes de Guadalajara, quienes completaron cuestionarios de frecuencia de consumo y registros dietéticos de 7 días. Se encuestó también a los jóvenes para recoger datos sociodemográficos y las calificaciones académicas de los entrevistados.
Para calificar los desayunos de los adolescentes, se utilizó la siguiente escala:
Desayuno completo | 25% de las necesidades diarias de energía e incluir alimentos de, al menos, cuatro grupos distintos: lácteos, cereales, frutas, aceites y grasa, etc. |
Buena calidad | Contiene un alimento, al menos, de los grupos lácteos, cereales y fruta. |
Mejorable calidad | Falta uno de los grupos. |
Insuficiente calidad | Faltan dos de los grupos. |
Mala calidad | No desayuna. |
La mayoría de los alumnos encuestados tomaban un desayuno insuficiente, energéticamente deficitario. En general, las niñas consumían aún menos alimentos que los varones. Respecto de la relación entre la calidad del desayuno y el rendimiento escolar se observó que, a medida que aumenta la calidad de la primera ingesta del día, crece el valor medio en las calificaciones obtenidas.
La capacidad mental de los alumnos no se relaciona solamente con el consumo de glucosa, como antes se suponía, sino que depende también de micronutrientes como el hierro y el ácido fólico. Un aporte adecuado de hierro, por ejemplo, mejora la capacidad de concentración y de atención, aunque no tiene influencia sobre el coeficiente intelectual.
Las ingestas calóricas elevadas en el desayuno ejercieron un efecto beneficioso en la memoria inmediata pero no sobre la capacidad de concentración de los alumnos. Esto ratifica que es más importante la calidad de lo que se come que la cantidad. Un desayuno puede ser energéticamente adecuado pero ser igualmente insuficiente. Por ejemplo, si un adolescente come 4 medialunas antes de ir a la escuela y no toma lácteos, es indudable que su desayuno será elevado en calorías, pero su calidad será pobre.
Las asignaturas cuyas calificaciones se vieron afectadas por el consumo de desayunos de calidad insuficiente fueron aquellas en las que es necesario realizar un esfuerzo mental más importante: matemáticas, física, química, ciencias sociales. Inversamente, los alumnos que peor desayunaban obtuvieron calificaciones más elevadas en Educación Física que aquellos que consumían un desayuno de mejor calidad.
Fuente: Nutr Hosp, 2008;23:383-387 – disponible online en: http://www.nutricionhospitalaria.com/mostrarfile.asp?ID=4053
Sociedad Argentina de Nutrición
Agosto de 2008